Juzgar un libro por su portada

Por la portada, Trixie no debe de ser una chica muy espabilada 

Uno de los momentos más importantes en el proceso de la edición es, en mi opinión, el de diseñar la cubierta. Por mucho que me interese un libro, si tiene una portada fea, no lo compro y me espero a que salga otra diferente. Si soy así como lector, imaginad la importancia que le doy como escritor. ¡Quiero que todas mis novelas tengan portadas muy bonitas! Para ello, ya sabéis la historia, Martha R. Barilari hizo una fotografía muy chula. Ahora estamos en plena fase creativa Diego (el editor de Punto en Boca), ella y yo. ¡Qué nervios! Eso significa que dentro de nada ya estará en las librerías.  Ha sido un parto muy largo pero mejor así. Las cosas hechas con pasión y mimo salen mejor. Texto corregido, portada diseñada, novela bien maquetada... Así es como deberían trabajar todas las editoriales. Entrar a formar parte de la familia de Punto en Boca ha sido todo un placer.

Para ilustrar lo que os digo sobre comprar libros con portadas bonitas o feas, os dejo unos cuantos ejemplos:

  


Drácula de Bram Stoker: La segunda me parece preciosa y elegante. La primera, un despropósito.




Sense and Sensibility de Jane Austen: ¿Alguien compraría la primera portada que, además de fea, tiene un error en el título? La segunda me parece una monería.


 
Tess la de los D'Urbervilles de Thomas Hardy: En España salió no hace mucho esta portada que es insulto a esta gran novela. ¡Parece una porno! Mucho mejor, perfecta diría yo, la segunda. Artística, creativa y evocadora. ¡Me encantaría que alguna de mis novelas tuviese una portada así!

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